lunes, 13 de abril de 2015

Un vídeo bonito


Llevo días oyendo en bucle Slo Fuzz por culpa de este vídeo. ¿No os parece que le queda de maravilla al corto de Fantasía?


domingo, 29 de marzo de 2015

Sobre cierta escena de La Comunidad del Anillo


El Señor de Los anillos gustó a frikis, canis, emos y toda tribu urbana que rondaba las calles a principios del 2000. Gustó a mi primo, a mis padres y a mis abuelos. Creo que, al terminar El Retorno del Rey, no me acuerdo si a la primera, segunda o tercera vez que la vi en el cine, pensé que había sido testigo de un espectáculo irrepetible.

Tras muchos años revisionándolas he llegado a la conclusión de que mi preferida es La Comunidad del Anillo. Comprendo perfectamente a los que prefieren Las Dos Torres (la batalla en el Abismo de Helm, joder) o El Retorno Del Rey por la infartante última hora, pero La Comunidad siempre será mi niña bonita de la trilogía. Me encanta que empiece como un cuento de hadas (Concerning Hobbits. Ay, Jackson, qué mano tienes para adaptar cuando quieres) que va oscureciéndose progresivamente, llegando a su pasaje más dramático en el segmento donde se internan Minas Moria. Creo que nadie puede negar que la escena de Gandalf encarando al Balrog al grito de “¡No puedes pasar!” se ha quedado grabada en la memoria colectiva.

Pero yo quería destacar lo que viene justo después. El mago, habiendo perdido todo su poder tras su enfrentamiento con el demonio del mundo antiguo, cae al abismo. Su silueta desciende hasta que lo engullen las tinieblas. Frodo suelta un grito desgarrador y suena un coro que te encoge el corazón. La compañía escapa de sus enemigos a duras penas hasta alcanzar la luz mortecina del exterior.  Allí les recibe un paisaje gris y escarpado, un lugar de descanso donde les asalta un dolor mayor que las flechas de los orcos y el fuego del balrog: la certeza de que han perdido la luz que guiaba su tortuoso sendero. Y tú casi puedes sentir ese dolor al verlos echarse a llorar sin consuelo, encolerizarse inútilmente por la injusta pérdida o mirar al horizonte, incapaces de asimilar lo ocurrido. 






sábado, 28 de marzo de 2015

Crítica de La Cenicienta



Despierto de mi letargo milenario para reseñar una nueva película.

Cenicienta es el live-action de Disney que mejor conserva la inocencia de los cuentos de hadas. No tiene miedo a ser cursi, pero tampoco se corta un pelo en mostrar el maltrato al que se ve sometida su protagonista. La balanza de sonrisas y lágrimas está perfectamente equilibrada durante toda la película y acaba, por supuesto, en un final feliz que te deja plenamente satisfecho. Porque Cenicienta es divina y el príncipe muy majo, y merecen estar juntos mientras la madrastra se hincha como una piñata y explota.

 
Esta Cenicienta es una delicia de ver. La parte del baile es una pasada, desde la primera reverencia (que, por alguna razón, me tuvo al borde de las lágrimas xD) hasta la huida precipitada al dar la medianoche. Aquí es donde más se nota que el director está en su salsa. Y es que Kenneth Branagh ha acertado de pleno al darle un aire de época a la peli que le sienta de maravilla a la historia.
 

El vestuario, diseño de producción y la música de Patrick Doyle, que me recordó muchísimo a su trabajo para la cuarta entrega de Harry Potter, son una gozada.





La representante española en el baile, la princesa Sherezade de Sarandonga, es muy digna y se permite mirar por encima del hombre al resto de asistentes. 

Maléfica no me desagradó como versión alternativa del cuento (aunque me sigo quedando con La Emperatriz del Mal, por supuesto), pero detesté lo que hicieron con los personajes secundarios. Al centralizar toda la atención en Maléfica desgraciaron al resto, que o son muy malos o muy idiotas, y con ese panorama no es de extrañar que la cornuda sobresaliera. En Cenicienta lo que hacen es explorar un poco las motivaciones de Ella, el príncipe e incluso de la madrastra (enorme, pérfida, divorra Cate Blanchett), quien para mi alivio no deja de ser una perra aunque tenga un poco más de backstory. Menos mal, porque para hadas madrinas ya está Helena Bonham-Carter, quien aparece poco pero lo hace en su faceta más candorosa y pizpireta. La cierto es que la peli se caracteriza por su fidelidad al clásico animado de Disney, pero los sutiles cambios que añade el guión de Chris Weitz enriquecen bastante a los personajes y en ningún momento entorpecen el desarrollo de la historia.

 

Pienso que han acertado totalmente con Lily James. Aunque curiosas, sus cejas no son dos sardinas encima de cada ojo como ocurría en la Blancanieves de Tarsem, ni tampoco parece que se haya caído dentro en una marmita como la Stewart en La Leyenda del Cazador. Dejando a un lado el tema de las cejas, hay que decir que la actriz humaniza muchísimo al personaje sin dejar de lado sus virtudes más representativas (su bondad y generosidad). Es interesante como la película deja caer que, debido precisamente a estas virtudes, la pobre acabe relegada a ser la sirvienta de su propia casa. No obstante, al final se deja bien claro que Ella consigue sus objetivos gracias a su bondad natural. La esencia del personaje permanece intacta pese a los cambios. Y ahí reside la grandeza de esta adaptación.







lunes, 2 de febrero de 2015

Into the Woods

Tenía muy claro que terminaría viendo Into the Woods. Porque el musical lo firma Stephen Sondheim, autor de Sweeney Todd, peli que me encandiló allá por el 2008. Y porque quería saber como se manejaba Disney con algunos temas escabrosos del musical. Y porque sale Emily Blunt, que me ganó con su divertidísimo papel en El diablo viste de Prada.

Voy a ahorcar a la penca esta ahora que no mira

Pero también me daba miedo Rob Marshall, que firmó la entrega más sosa de Piratas del Caribe (la 3, con todas sus idas de olla, es mucho más molona). Aunque me parece que a la peli le falta un poco más de "atmósfera" (un bosque más aterrador, please), también noté una puesta en escena un tanto teatral, lo cual es genial teniendo en cuenta el material de origen. A veces tenía la sensación de que en cualquier momento aparecería una de esas divas nórdicas de Eurovisión para ponerse a cantar como una loca en medio de gasas y ventiladores. Y algo así hace Meryl en una escena. Dada mi tendencia a hablar demasiado de lo que no tengo ni pajolera idea, sería mejor que me calle ahora.

"¡A mi no me torea nadie! ¡Y menos TU!"
"¿Pero por qué yo?"
"Porque me sale del pelucón."


El vestuario mola. ¿Es atemporal? Bueno, yo que sé. Me encantan los vestidos de lagarterana de las hermanastras de Cenicienta. Destaco el vestido azul como el mar azul de la Bruja en la transformación. Lo que no me ha gustado nada son las pintas de Johnny. Han desperdiciado la oportunidad de mostrarnos un nuevo hombre lobo cinematográfico por plantar al hombre otra vez en plan locaza, que me encanta, pero un lobo es un lobo.

¿Atemporal?

Pero vayamos a lo que realmente importa: los personajes y los números musicales. Me ha decepcionado un poco esto último. De entre todas destaca la de los panaderos, con esa coreografía tan tontorrona como simpática y la que cantan en grupo hacia el final de la peli, que es preciosa. El resto está bien, pero algo por debajo de las melodías de Sweeney Todd.

I wish... ¡Que hubiera un puto baño en este palacio! Me voy Into the Woooooooods

Los personajes son muy agradables. Aunque la peli va a toda leche y apenas da un respiro para asimilar lo que está ocurriendo, al final les acabas cogiendo cariño a todos menos a Caperucita Roja. Incluso un personaje tan secundario como la madre de Jack te acaba cayendo bien, a diferencia de Caperucita. Pero si hay uno que destaca de entre todos, a diferencia de Caperucita (para mal), es la mujer del panadero. Es un personaje con más claroscuros de lo que parece, todo lo contrario que Caperucita, pero gracias al trabajo de la actriz, que tiene una vis cómica que me encanta, acabas simpatizando con ella. Justo lo contrario que Caperucita.

Recomendada.


martes, 20 de enero de 2015

¡El protagonista tenía que ser!




Los Magos es un libro muy bien escrito, divertido a ratos y con una imaginación desbordante. Aunque no sea una gran innovación dentro del género fantástico, resulta refrescante leer una historia sobre la adolescencia y el vacío existencial en un mundo de maravillas. Algo así como una mezcla de Murakami y Harry Potter. El libro que ansiaba leer desde hace tiempo.

La portada es preciosa

Entonces, ¿por qué diantres no me lo he terminado todavía?

Por el protagonista, Quentin, un personaje que me ha parecido muy real, muy humano y al que comprendo a la perfección. ¿No debería sentir empatía hacia un sujeto con el que comparto tantas similitudes? Pues no, porque Quentin es algo así como la peor versión de cada uno de nosotros, el tipo de persona en la que tratas desesperadamente de no convertirte. Una persona que puede dar la la impresión de parecer tímida e introvertida al principio, con poco amor propio... Pero que al poco que entra en la escuela de sus sueños se revela su verdadera naturaleza y descubrimos lo estúpido y despreciable que puede llegar a ser. Yo creo que lo que pasa es que está encantado de conocerse y tiene un exceso de auto-indulgencia preocupante. Me atrevería a decir que es de esa clase de persona que cree que toda la gente extrovertida y simpática es hipócrita o algo así. Encima está todo el día quejándose de que sus padres no le prestan atención. ¡Por algo será, hijo!

Hay una frase en Las Ventajas de ser un Marginado que dice algo como "Recordarle a alguien que es afortunado porque otras personas en otras partes del mundo estén mucho peor no le ayuda en absoluto". Y tiene razón. Quentin no necesita que alguien le diga que sus problemas son una mierda comparados con los de otra gente. Lo que necesita es a alguien que le de un par de guantazos. Necesita que lo saquen inmediatamente de la escuela de magia y lo manden de misionero a África para que espabile de una vez. ¡Qué coraje me da el crío!

Es una pena que un libro con una atmósfera tan cuidada (hay descripciones deliciosas) y unos diálogos tan conseguidos me eche tanto para atrás por su protagonista. Ah, puede que tampoco me haya gustado ni un pelo las pullas que le lanza Grossman a Rowling en algunas partes del libro, como si quisiera dejar claro que el sí ofrece un retrato realista de los adolescentes en una escuela de magia, algo que no pongo en duda por la cantidad de borracheras y sexo casual que pueblan gran parte de las páginas. Respecto a esto, si me atreviera a retomar la lectura podría hacer una comparación más acertada, pero ya de entrada el mundo de Harry Potter no me parece menos creíble por ser más sutil con estos temas.


lunes, 22 de diciembre de 2014

Sobre mi amor hacia el director de fotografía de Amelie, Harry Potter 6, Inside Llweyn Davis...


No entiendo de fotografía. No tengo cámara. Ni si quiera domino el fotochou. Pero voy a hacerme el interesante y hablar de uno de los directores de fotografía que más me gustan: Bruno Delbonnel.

Estoy seguro de que habréis visto Amelie. Es una película con una historia extravagante y una protagonista raruna como ella sola, pero es la manera de contarla de Jean-Pierre Jeunet lo que la convierte en una obra preciosa y mágica. ¿Quién no ha escuchado la banda sonora de Yann Tiersen? Se ha oído en innumerables anuncios de televisión y fan-vídeos petardos de youtube. Si bien la música es una genialidad, creo que perdería gran parte de su impacto en la película de no ser por las preciosas estampas que la acompañan.



Una de las cosas que me maravilló de Amelie (que vi de muy pequeño) fue la importancia del uso del color. Le da un halo mágico a la peli. Creo que, hasta el visionado de esta película, no me había interesado en los aspectos más técnicos del cine.




El verde y el rojo son los colores protagonistas en la mayoría de los fotogramas. Se supone que el verde transmite optimismo y el rojo pasión, dos cualidades que caracterizan a nuestra entrañable y marciana protagonista. Amelie es un fresón francés con unas ganas locas de amar y ser feliz.



El Misterio del Príncipe probablemente sea la adaptación más desconcertante de la saga, pero si hay algo que disfruto de esa película es la deliciosa fotografía de Delbonnel. Y digo esto a sabiendas de que hay otras películas como El Prisionero o Las Reliquias que me llenan más en conjunto, pero es que el tratamiento visual de esta sexta parte, esa manera de extraer la belleza de Hogwarts y de sorprender con una estética novedosa a estas alturas de la saga, me ganaron por completo. Muchas de las escenas diurnas tienen una luminosidad extraña, como de ensoñación, cosa que me encanta porque da la impresión de que esos últimos instantes de paz y flirteos adolescentes están envueltos en una atmósfera de terciopelo que podría rasgarse en cualquier momento. 






Me gusta también el uso que se hace de las sombras y las siluetas.




Su último trabajo, Inside Llewyn Davis, tiene una estética melancólica muy marcada que me encanta. Por cierto, qué bien le sienta ese suéter y esa iluminación gélida a Carey Mulligan.




Delbonnel tiene muchos otros trabajos. No se conforma simplemente con darle una paleta de colores acorde con la situación emocional de sus personajes y unos encuadres chulos, sino que siempre intenta dejar patente su personalidad en cada uno de ellos. Una personalidad que seguro que alguien que haya estudiado fotografía sabría explicar mejor que yo.






jueves, 11 de diciembre de 2014

Top libros de Harry Potter (incluye inquietantes portadas finlandesas)



Sí, otra vez Harry Potter, ya sé que soy pesado. Pero qué se le va a hacer, aquí os dejo mi top de libros preferidos acompañado de una pequeña chorradilla que me apetecía escribir: los colores que me evoca cada historia. ¿No os pasa que cuando escuchais una cancion a veces os viene a la mente uno o varios colores? Pues a mi me pasa eso con estos libros. Eso sí, no niego que pueda estar condicionado por las portadas.

 1. Harry Potter y el Cáliz de Fuego

El Cáliz de Fuego me parece el libro más redondo de la saga. Sabe combinar magistralmente el misterio con aventuras y aderezarlo con una saludable dosis de hormonas en ebullición. El cuarto libro marca también un punto de inflexión en la saga con la muerte de un alumno inocente a manos del temido Lord Voldemort. Es un giro inteligente porque nos recuerda que Voldemort ya no es un fantasma del pasado y establece el tono sombrío y depresivo que caracterizará el siguiente.

Harry Potter y el Rubio que mira a la Nada

Dorado por el cáliz. Es además un color que me recuerda a banquetes y fiestas. Y gran parte del libro es una gran fiesta intercultural.
Negro por Voldemort, su manto, el caldero y la noche en el cementerio.

2. Harry Potter y el Misterio del Príncipe

Si el sexto libro no lidera el top se debe al factor nostalgia, pues El Cáliz fue el primer libro que leí de la saga y le guardo muchísimo cariño. Pero lo cierto es que El Misterio tiene todos los elementos necesarios para que no lo sueltes de las manos: un gran desarrollo de personajes, la identidad del principe mestizo, los viajes al pasado en el pensadero, algunos apuntes oscuros típicos de la saga (inferi, rumores de guerra y asesinatos, Greyback), elevados por el contraste con el ambiente apacible en el que se desarrolla gran parte de la historia.


Harry Potter y lo Extraño de ver a Dumbledore y Ginny cotillear el Libro del Príncipe Mestizo

Ocre porque me parece menos esplendoroso que el dorado de El Cáliz.  El carácter festivo de algunos de sus capitulos se ve ensombrecido por el avance de las fuerzas oscuras.
Verde por esa luz fantasmagorica que emana de la vasija que contiene el horrocrux y el Avada Kedavra.

3. Harry Potter y La Orden del Fénix

Me encanta este libro, es tan largo que siempre me encuentro con detalles nuevos cada vez que lo abro en una página aleatoria. La trama de Umbridge es tan intensa que casi llega a opacar el regreso del señor tenebroso. Y una vez que consiguen despistarla tiene lugar el que para mi es el mejor clímax de los siete libros. Esa persecución y escaramuza en El Ministerio de Magia, donde cada sala guarda un misterio mayor que el anterior. El libro culmina con una nota trágica con la muerte de una figura paterna para Harry. Justo después de que éste descubra que era un cabrón en su adolescencia. Eso de matar figuras paternas es algo que Rowling irá haciendo hasta que no quede ninguno, pero lo de hacer que el protagonista lo desidealice antes del fatídico final es algo retorcido. Por eso comprendo que muchos fans estén algo decepcionados con esta quinta parte.

Harry Potter y esa Zarigüeya que se Cuela por ahí es Cho


Azul eléctrico por el resplandor de las profecías.
Gris por la situación emocional de Harry y el halo de pesadumbre que invade cada página.

Curiosidad: solía usarlo como arma arrojadiza contra mi hermano pequeño, pero como podéis ver el lomo no es muy resistente...




4. Harry Potter y el Prisionero de Azkabán

La trama está perfectamente construida, tiene uno de los mejores finales de la saga y conocemos a inolvidables personajes como Sirius y Lupin y a nuevas y fascinantes criaturas como los dementores. ¿Por qué no está más alto en el top? Ni idea. El caso es que no me lo he releído tanto como otros, así que lo he dejado en este puesto. Aun así, fue el que devoré más rápido (gracias a HP pasé de no leer nada a leer 200 paginas en un día).
Harry Potter y el Hipogrifo Sujetavelas

Negro por la tenebrosa capa con la que se cubren los dementores, los gritos que escucha Harry antes de caer en la oscuridad.
Gris. Creía que se debía a la fotografia de la pelicula de Cuaron hasta que me di cuenta de que el cielo encapotado de las colinas escocesas tiene casi tanto protagonismo como Hogwarts. El hálito de los dementores.
Plateado: ¡Expecto Patronum! Solo puedes leer la letra en plateado a medida que bajas por la entrada, ¿no es mágico?

5. Harry Potter y la Piedra Filosofal

Ya sé que solo por ser el libro que lo empezó todo debería ponerla más alto en el top. Una amistad imperecedera, unos personajes maravillosos y el colegio más fascinante de toda la historia de la literatura universal. Es la novela infantil definitiva. 

Harry Potter y la Napia Filosofal


Lila.Una imagen recurrente en mis recuerdos infantiles es un cielo lila colmado de estrellas. Siempre lo asocié con la magia, la maravilla, y eso es la Piedra.
Plateado porque todo es bonito hasta que ves la sangre de unicornio derramada.

6. Harry Potter y las Reliquias de la Muerte.

El libro con más acción, muertes y heroísmo de la saga, pero por alguna razón la alteración del esquema de desarrollo no me engancha tanto como los otros. No obstante, los constantes descubrimientos y cambios de escenario te mantienen enganchado y con el corazón en un puño en el último tercio.

Harry Potter y que Alguien me Explique porqué llevan todos los Personajes esas Bufandas tan Horribles


Negro por Voldemort, los mortifagos y la muerte que lo engulle todo.
Blanco porque también hay espacio para la vida, incluso para la vida después de la muerte (el limbo de las estacion de tren).

7. Harry Potter y la Cámara de los Secretos

A pesar de contener algunos de los momentos más memorables de toda la saga, también siento que es el más intrascendente, si bien es cierto que sienta las bases para lo que ocurrirá cuatro libros después.

Harry Potter y el Misterio de los Tipos Sospechosos del Fondo 


Verde por le basilisco
Plateado por la espada de Gryffindor