Reseña de "El Castillo Ambulante" (Dyana Wynne Jones)

Una de las razones por las que me gusta tanto este libro es su personaje principal. Sophie es una de mis protagonistas preferidas de la literatura fantástica. En mi caso, la indentificación con ella es plena. Me encanta que pierda la timidez cuando se transforma. Creo que, harta de sufrir silenciosamente, se dice a sí misma, “Bueno, voy a aprovecharme de mi aspecto desvalido, que ya me han jodido bastante y va siendo hora de ser egoísta. Total, nadie sabe que me he convertido en una vieja”. Adoro el humor con el que se toma las vicisitudes de la vida, sus piques con Howl, su entrañable relación con Michael… Un personaje redondo, al igual que el sarcástico Calcifer y la drama queen de Howl.

“El Castillo Ambulante” es un libro de fantasía, pero de una fantasía muy, umm, como decirlo… Cotidiana. Fantasía cotidiana. Como Harry Potter en sus primeros seis libros, lo cual mola. No te encontrarás con peligrosas aventuras ni espectaculares intercambios de hechizos hasta el último tercio. El resto del libro va sobre Sophie haciendo las tareas domésticas o cotilleando, pero está contado todo con tanta chispa que acaba resultando una lectura deliciosa.

He mencionado Harry Potter, pero lo cierto es que, mientras lo leía, cada vez me recordaba más a Orgullo y Prejuicio. La ironía de Sophie, los paisajes campestres, la ambientación decimonónica, la villana de alta alcurnia, el hecho de que todo transcurra apaciblemente, con nuestra protagonista oyendo rumores y realizando especulaciones, hasta que de repente algo la deja descolocada…

Si tuviera que señalar algo negativo, sería el capítulo en el que conocemos a la familia de Howl. Me da la impresión de que Diana lo escribió para reírse de algún sobrino suyo viciado a la videoconsola, pero esa “caja luminosa” me saca de la historia, creo que rompe un poco esa atmósfera fantástica tan conseguida.