martes, 20 de enero de 2015

¡El protagonista tenía que ser!




Los Magos es un libro muy bien escrito, divertido a ratos y con una imaginación desbordante. Aunque no sea una gran innovación dentro del género fantástico, resulta refrescante leer una historia sobre la adolescencia y el vacío existencial en un mundo de maravillas. Algo así como una mezcla de Murakami y Harry Potter. El libro que ansiaba leer desde hace tiempo.

La portada es preciosa

Entonces, ¿por qué diantres no me lo he terminado todavía?

Por el protagonista, Quentin, un personaje que me ha parecido muy real, muy humano y al que comprendo a la perfección. ¿No debería sentir empatía hacia un sujeto con el que comparto tantas similitudes? Pues no, porque Quentin es algo así como la peor versión de cada uno de nosotros, el tipo de persona en la que tratas desesperadamente de no convertirte. Una persona que puede dar la la impresión de parecer tímida e introvertida al principio, con poco amor propio... Pero que al poco que entra en la escuela de sus sueños se revela su verdadera naturaleza y descubrimos lo estúpido y despreciable que puede llegar a ser. Yo creo que lo que pasa es que está encantado de conocerse y tiene un exceso de auto-indulgencia preocupante. Me atrevería a decir que es de esa clase de persona que cree que toda la gente extrovertida y simpática es hipócrita o algo así. Encima está todo el día quejándose de que sus padres no le prestan atención. ¡Por algo será, hijo!

Hay una frase en Las Ventajas de ser un Marginado que dice algo como "Recordarle a alguien que es afortunado porque otras personas en otras partes del mundo estén mucho peor no le ayuda en absoluto". Y tiene razón. Quentin no necesita que alguien le diga que sus problemas son una mierda comparados con los de otra gente. Lo que necesita es a alguien que le de un par de guantazos. Necesita que lo saquen inmediatamente de la escuela de magia y lo manden de misionero a África para que espabile de una vez. ¡Qué coraje me da el crío!

Es una pena que un libro con una atmósfera tan cuidada (hay descripciones deliciosas) y unos diálogos tan conseguidos me eche tanto para atrás por su protagonista. Ah, puede que tampoco me haya gustado ni un pelo las pullas que le lanza Grossman a Rowling en algunas partes del libro, como si quisiera dejar claro que el sí ofrece un retrato realista de los adolescentes en una escuela de magia, algo que no pongo en duda por la cantidad de borracheras y sexo casual que pueblan gran parte de las páginas. Respecto a esto, si me atreviera a retomar la lectura podría hacer una comparación más acertada, pero ya de entrada el mundo de Harry Potter no me parece menos creíble por ser más sutil con estos temas.


4 comentarios:

  1. He de decir que conforme avanza el libro, el desfase juvenil se desmadra demasiado y se pierde todo retrato realista de la juventud, la verdad. Y sí, Quentin es un peñazo muy grande.

    Besos!!

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    1. Sin haberlo leído y por lo que cuentas, da la impresión de que se parecerá a un capítulo de Skins algo pasado de rosca.

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  2. ¡Hola!
    No lo conocía, pero entiendo lo que es encontrarte con un protagonista insoportable, eso puede estropear cualquier historia.
    Y tampoco creo que me gustaran las pullas a Rowling, eso de tener que hablar de otros autores en tu libro... Triste.
    Un beso!

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    1. Ese es mi principal problema con el libro, y me da rabia porque creo que tiene casi todos los ingredientes que me gustan, y algunos personajes secundarios son interesantes.

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